Todo siempre tiene un principio. Y no es diferente en el caso del vino. Eso sí, son muchas las teorías sobre este origen. Nosotros nos vamos a remontar a nada más y nada menos que al Neolítico…
El vino se produjo por primera vez en el neolítico, otras fuentes dicen que fue por error. Iremos comentando alguna de ellas.
Durante esta época, según los testimonios arqueológicos que se hallaron en los Montes Zagros (entre Irak e Irán) se cree que fue la primera vez que se produjo vino, gracias a la aparición de una vasija del año 5400 a.C. Esta vasija contenía un residuo rojizo que podría ser vino. Si nos vamos a la Wikipedia veremos también que la bodega más antigua conocida data del año 8000 a.C. y se sitúa en Georgia. El consumo de vino se extendió hacia occidente, llegando hasta Egipto. También sabemos que la más antigua documentación griega sobre el cuidado de la vid, la cosecha y el prensado de las uvas se plasmó en Los trabajos y los días, de Hesíodo, en el siglo VIII a.C. En aquella antigua Grecia mezclaban el vino con agua y lo conservaban en pellejos de cabra.
Desde entonces el vino ha sido testigo en cualquier acontecimiento o banquete de cierta importancia, y alrededor de él se han firmado grandes tratados y acontecimientos históricos. De hecho, en Egipto, Grecia y Roma se adoraba a Dionisio o Baco (Dios del Vino) y además la Biblia re refiere al vino en diversos pasajes. Ya con la propagación de cristianismo, la viticultura se fue desarrollando. El vino era necesario en la celebración de la misa. Los monjes tenían sus métodos de elaboración y fueron los precursores de la viticultura.
Otras teorías y una de las que más fuerza tiene es la que relaciona el origen del vino con un descuido. Ya que según ésta, alguien olvidó un recipiente cerrado lleno de uvas, éstas fermentaron y el resultado fue… el primer vino.
Siempre hemos relacionado el vino con leyendas y con historias. Seguro que todos hemos oído hablar de la tumba de Tutankhamon. Pues aquí había vasijas y ánforas que contenían vino. Esto lo descubrieron en 1922, cuando se dio con esta tumba. Pero además estas vasijas tenían inscripciones que eran relativas a la cosecha y al elaborador del vino, su zona geográfica, etc.
¿Nos dirías algún otro origen del vino que no hayamos mencionado? ¡Seguro que sí!