Ciertamente en el mundo existen muchos placeres para degustar, y entre ellos nada mejor que un buen vino. Pero no solo se trata de saborearlos y pasar un grato momento, también es un placer conocer sobre sus orígenes y el proceso evolutivo por el que pasa la vid para llegar al producto final.
Así nos encontramos con la uva chardonnay, una de las variedades de uva blanca más plantadas a nivel mundial y capaz de generar un amplio perfil de sabores. Se trata de una uva con la que se elaboran vinos blancos, y se caracterizan por encontrarse desde los muy ácidos y afrutados, hasta los cremosos y con mucho cuerpo. Tiene una excelente adaptabilidad a los climas y versatilidad para elaborar diversos estilos de vinos.
Origen
La uva chardonnay encierra un interesante origen, ya que se manejan varias teorías que lo fundamentan. La primera teoría se le atribuye a unos franceses viticultores, los cuales sostenían que esta variedad es descendiente del pinot noir o pinot blanc por las similitudes presentadas en su identificación y clasificación. De igual forma, otros viticultores franceses defendían el hecho de que su origen provenía del moscatel blanco.
Otra teoría era sostenida por los viticultores de Líbano y Siria; estos argumentaban que el origen de esta vid se dio en Oriente Medio, y fue introducida en Francia durante el periodo de las cruzadas.
Sin embargo, estudios genéticos más actuales, llevados a cabo en la Universidad de California – Davis y otras universidades europeas, demostraron que la chardonnay es producto de un cruce espontáneo ocurrido en Francia, de las variedades pinot noir y la cepa de uva blanca gouais blanc. Esto fue resultado del cultivo cercano de estas dos variedades, generando cruces que mostraron vigor híbrido y aptitudes idóneas para la elaboración de vino, dando lugar a nuevas variedades como Aligote, Gamay, Peurion y entre ellas la chardonnay.
Por todo esto, no cabe duda que la uva chardonnay tiene su origen en Francia, en la región de Borgoña y actualmente debido a su expansión, es posible cultivarla en países como Estados Unidos, España y Australia.
Características de la uva
La uva chardonnay se caracteriza por poseer racimos pequeños y compactos, con una forma característica que le permite reconocerla de entre las demás variedades, sus bayas tienen una forma redondeada, con bastante jugo y de hollejo grueso.
Posee una pronta maduración, adaptabilidad y resistencia a diferentes tipos de suelos, lo cual ha contribuido en su expansión.
Por otra parte, esta uva es poseedora de un color amarillo pálido, que evoca los rayos del sol de su región de origen, Borgoña. A ello se debe que los vinos elaborados con chardonnay guardan la esencia de esta región en forma de reflejos dorados y verdosos.
Además, presenta una rica armonía de aromas frutales, entre los que se distinguen matices cítricos y tropicales como el limón, piña o pera.
En lo que respecta a su sabor, es importante señalar que su gusto en la boca no tiene abundante acidez, predominando sabores dulces como la miel y el caramelo y que junto a los matices afrutados, provocan un ideal equilibrio.
Datos relevantes sobre la uva chardonnay
- Es una variedad de uva de piel verde que produce vinos blancos a nivel mundial. Normalmente son identificados con el nombre de la cepa o de la región.
- Las regiones más populares para el cultivo de esta variedad se encuentran en Borgoña, Champagne, Washington, California, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Inglaterra, Italia, entre otras.
Sin embargo, las regiones de mayor renombre para esta uva se ubican en Francia, particularmente Chablis y Côte de Beaune. Dentro de esta última se encuentran Grands Crus diversos, como Corton Carlomagno y Montrachet.
- Dentro de la gama de chardonnay elaborados en el mundo se pueden encontrar los vinos muy ácidos y afrutados, así como vinos cremosos y con mucho cuerpo.
- Su precio será en función de la zona donde se elaboren, consiguiendo botellas de este vino a bajo coste, y otras cuyo precio estimado es en cientos de euros.
- Por último y no menos importante, se habla de la tendencia de chardonnay ahumado en los Estados Unidos. Su proceso consiste en llevar estos vinos a crianza en madera para que tomen aromas y estructuras más complejas, apreciándose aromas a mantequilla, bollería frutos secos y especias.
Características del vino chardonnay
El vino chardonnay se expresa mediante dos fases importantes en el momento de la cata, y dadas sus características, su valoración se hace muy interesante. Las fases al momento de la cata son:
Fase visual: durante esta etapa, la uva muestra un color que va desde un pálido y amarillo, recordando la paja, hasta un amarillo casi dorado con reflejos verdosos. En los monovarietales chardonnay, sobresale su limpidez y brillo, y fluidez media por poseer normalmente niveles medios de alcohol.
Fase olfativa: en ella se presenta una marcada armonía de aromas frutales, entre los que se destacan matices cítricos y tropicales como los del limón, piña, mango, banana, melón, manzana verde, pera, algo de especias o caramelo. Con la crianza, se consiguen toques de vainilla, manteca y miel.
Ahora bien, hay que resaltar que en función de la región donde se produzca la variedad, se obtendrán diferentes aromas. Por ejemplo, en Australia los aromas del chardonnay ofrece notas exóticas; por su parte, en Borgoña los aromas resaltantes son mantequilla y bollería.
Maridar con vino chardonnay
La adaptabilidad y versatilidad de esta uva hace posible que para cada comida se encuentre un vino chardonnay que complemente un agradable y placentero momento de degustación.
Por ejemplo, como aperitivos o entrantes, se recomienda un chardonnay joven y fresco, con perfiles más cítricos, típicos de climas fríos, excelente acompañante de quesos frescos, mariscos y pescado blanco.
Los vinos chardonnay con notas tropicales y más cuerpo, típico de climas cálidos, maridan mejor con carnes blancas, pescado azul y queso añejo.
Por su parte, los chardonnay de crianza más grasos y voluminosos maridan mejor con carnes rojas, pasta con salsa grasa y hasta con aves de caza.
