Existen 5 uvas tintas permitidas y una blanca
Cuando escuchamos Ribera del Duero, automáticamente pensamos en tempranillo. Pero existen otras más que pueden acompañar a esta. Te lo contamos.
Vamos a empezar diferenciando entre vinos tintos, vinos blancos, y vinos rosados. Todos tienen que seguir unas normas y directrices marcadas por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero. En particular, el vino tinto debe de contener un mínimo de un 75% de la variedad tinta del país o tempranillo. El resto de uvas tintas que podemos utilizar para la elaboración de vinos tintos en Ribera del Duero son:
- Cabernet Sauvignon
- Merlot
- Malbec
- Garnacha
A su vez, debemos recordar que un 95% de las variedades deben de ser uvas tintas, y podríamos utilizar la variedad blanca Albillo Mayor en un 5% como máximo.
Si pasamos al vino rosado vemos que aquí el 50% como mínimo debe elaborarse a partir de variedades tintas. Por lo tanto se permite que se pueda elaborar rosado con parte de variedad blanco, como la ya mencionada. Eso sí, siempre que en el depósito se añada la uva mezclada. No podemos juntas los vinos una vez fermentados, ya que a esto lo llamaríamos clarete en lugar de rosado.
Entrando un poco más en cada variedad podemos indicar que la tempranillo es una de las uvas más cultivadas en España, que cambia de color (envero) hasta que de recoge y por tanto es de ciclo corto. De aquí obtenemos vinos con un cuerpo medio, tanino muy elegante y muy buena maduración por regla general.
Si pasamos a la garnacha, otra clásica de la viticultura española, ofrece vinos también muy elegantes de color medio pero sobre todo muy frutales.
La cabernet sauvignon es la variedad más plantada en el mundo. es de origen francés pero se utiliza en infinidad de países. De piel dura y resistente, con cuerpo y aromas diversos y que varían en función de la temperatura de maduración. Es una uva excelente para el envejecimiento de los vinos.
Otra es la variedad merlot, que sigue a la anterior en el ranking mundial, también de origen francés, nos aporta elegancia, finura, colores poco intensos y taninos agradables.
La última de las tintas es la variedad malbec, también de origen francés y muy común en los viñedos de Argentina. Con mucho tanino y color, de cilo largo y piel fina.
Y para terminar nos encontramos a la variedad albillo mayor, que tiene origen en Castilla y León. Es muy aromática y frutal, tiene mucho cuerpo y no se oxida con facilidad.
Por lo tanto podemos decir que ahora sabemos que al escuchar Ribera del Duero hablamos de tinta del país o tempranillo.