El corcho es un elemento imprescindible en cualquier botella de vino. Hoy os contamos los orígenes del corcho, cómo se elabora y las ventajas que ofrece cerrar las botellas con este elemento.
El árbol del alcornoque
El árbol del alcornoque, cuyo nombre científico es Quercus suber, se encuentra esencialmente en el Mediterráneo occidental, es un árbol de porte medio, de hoja perenne, originario de Europa y del norte de África.
De este árbol existen aproximadamente 2 millones de hectáreas, distribuidas en un área extendida desde la península Ibérica a la costa Dálmata, y desde Marruecos a Túnez por el sur, comprendiendo también las islas de Córcega y Cerdeña. Se puede decir que esta especie tiene preferencia por las localidades sometidas a influencias atlánticas, por las condiciones de humedad y temperatura, siendo Portugal y Argelia los países con mayores masas.
Origen del tapón de corcho
Sus orígenes se remontan a los griegos en tiempos clásicos, los cuales almacenaban sus vinos en barricas, odres y ánforas de arcilla, que taponaban con trozos de tejido impregnados en aceite de oliva o con barro arcilloso. El taponado con arcilla hacía imposible la circulación del aire y como resultado el vino se pudría.
Por su parte, los romanos, seguían taponando las barricas con arcilla o estopa, lo que contribuía a que el vino durara poco tiempo. Sin embargo, fue el cierre hermético y poroso lo que solucionó el problema: el tapón de corcho.
Partiendo de este hecho, se sabe que los primeros tapones de corcho datan del año 1600, utilizados en botellas de vino espumoso, catalogando así los vinos en el siglo XVII como los primeros buenos vinos de la historia.
Es en este siglo cuando el inventor del champagne Dom Pierre Perignon de Hautvillers, aseguraba que un cierre hermético permitía la conservación del gas carbónico, y estaba convencido de que el tapón de corcho aislaba perfectamente el interior de la botella de su exterior.
Ahora bien, para mediados del siglo XVIII la industria del vino tuvo su esplendor en Europa, y se consideró el uso del tapón de corcho como esencial en el proceso de producción del vino.
Hasta la actualidad, la humanidad no ha conseguido mejor técnica para taponar las botellas de vino, y lo mejor de todo es que es un elemento que ofrece la naturaleza.
Elaboración del corcho
Durante la época de verano se realiza la extracción del corcho, periodo en el cual el árbol del alcornoque se encuentra en plena actividad vegetativa. Es importante saber que la corteza del árbol se regenera cada 9 años, por lo tanto, para obtener el corcho no es necesaria la tala del árbol. La extracción continúa haciéndose de forma manual con el uso de hachas.
¿Cuál es la diferencia entre el tapón de corcho sintético y el natural?
El tapón de corcho natural permite la micro oxigenación dentro de la botella, lo cual es fundamental en la conservación de los vinos con crianza, reserva o gran reserva, ya que deben evolucionar con el tiempo en la botella.
En cambio los vinos de consumo rápido, que no han sido elaborados para guardarlos, pueden utilizar un tapón de corcho sintético, que es más económico. Sin embargo, por su composición química, estos pueden ceder dentro de la botella, mientras que el tapón de corcho natural puede conservar sus propiedades en la botella hasta por 30 años.
Ventajas del uso del corcho en el vino
Entre las ventajas que ofrece el corcho en la correcta guarda del vino ambiente con una humedad que oscila entre el 70% y la posición horizontal de las botellas, para evitar el resecamiento del corcho y mantener sus cualidades, una desde el exterior y la otra desde el interior, debido al contacto con el líquido. De ahí la importancia de estibar las botellas acostadas.
Por otra parte, un corcho que realice su trabajo correctamente, contribuirá en una evolución exitosa del vino, pausada y armoniosa, posibilitando el ingreso de pequeñas porciones de aire a la botella, evitando un ámbito totalmente reductivo y sirviendo de barrera como contenedor de la bebida.