Una copa es un recipiente cuya función es almacenar o contener líquidos. Su forma está compuesta por un cáliz o recipiente, un tallo que une la base con el cáliz y una base que sostiene toda la copa. La copa es el recipiente preferido por excelencia para degustar el vino. Son elaboradas con cristal, característica que no permite cambiar el sabor de los vinos.
La copa de vino más grande se usa para el vino tinto y la más pequeña para el vino blanco. Está diseñada para que cuando la copa sea acercada a la nariz se aprecien las cualidades del vino, sus aromas, antes de beberlo.
Existen varias formas de coger una copa, pero la forma correcta de hacerlo es por el tallo y no por el cáliz, el tallo es la parte delgada que une la base de la copa con el recipiente o cáliz, el cual es el espacio reservado al vino.
Esta forma de sujetar la copa obedece a la necesidad de salvaguardar el vino contenido en la copa. No se debe olvidar que el cristal es transmisor de aromas. Si se manipula incorrectamente la copa, se estará proporcionando al vino matices y aromas que no se corresponden con el tipo de vino que se esté degustando.
Sujetar una copa de vino exige cumplir con rigurosos detalles. Uno de ellos es la temperatura, que puede modificar por completo el sabor y el aroma de determinado vino.
Hay que resaltar que el mundo del vino posee una serie de reglas, escritas o por transmisión oral, que se deben cumplir al pie de la letra, son fundamentales a la hora de tomar una buena copa, de no hacerlo puede influir, incluso, en su sabor.
Cuando la copa se sostiene por el recipiente o cáliz, el vino elevará su temperatura transmitida por el calor del cuerpo, más allá de su temperatura de consumo. Cabe recordar que la única copa que se abraza es la copa de coñac o brandy, la cual se cubre con la mano para mantener tibia la bebida.
Partes de una copa de vino
Las copas se elaboran según el tipo de vino a consumir, es por ello que se deben conocer detalladamente las partes de una copa, lo que permitirá una adecuada elección de copa.
Este es el momento donde se deben tener en cuenta los siguientes factores: la capacidad, la calidad y transparencia del cristal, la estrechez de la boca, la altura de su tallo o el diseño de su cáliz de acuerdo al tipo de vino.
Las copas están conformadas por cuatro componentes:
- Base. La función de la base es mantener la copa en vertical, sirve como pie de apoyo, su forma puede ser cualquiera.
- Tallo o fuste. El tallo es la parte por la que debe sujetarse la copa, debe ser largo para evitar tocar el vino y alterar la temperatura del mismo.
- Cáliz. Es el recipiente que contiene el líquido y es amplio para permitir la oxigenación del vino, y aflorar las características aromáticas del vino
- Boca. La mayor o menor abertura es proporcional a la concentración de aromas, es decir, regularmente la boca es más estrecha que el cáliz, con la finalidad de concentrar los aromas del vino, al ser percibido en la nariz.
Existen diversos tipos de copas, para diversos tipos de vinos, a continuación describimos las más conocidas:
- Copa borgoña. Es una copa grande, cuyo cáliz es voluminoso y barrigudo y el cuello es ancho, el tallo es largo. Se usa para servir los vinos de la zona de Borgoña
- Copa burdeos. Es la copa más usada para servir vinos tintos, parecida a la borgoña, pero se diferencia en su cáliz más alargado y alto y su cuello más cerrado, lo que permite que se concentren los aromas.
- Cabernet Sauvignon. Es una copa muy semejante a la copa de burdeos, pero más pequeña, en ella se sirven vinos temperados, razón por la cual el volumen del cáliz es menor
- Blanco seco. Para servir vinos blancos secos es necesaria una copa grande, una base del cáliz ancha y panzuda, terminando en un tallo en cilindro
- Copa Flauta. En esta copa se sirve el champán, tiene un cáliz largo y delgado, pero más barrigudo, especial para el consumo de vinos espumosos. Esta copa es muy usada en los brindis de las celebraciones
- La copa de Jerez. es exclusiva de esta bebida, su cáliz es pequeño, alargado pero corto, de tallo grueso y corto, el cristal es más grueso para conservar la temperatura
¿Cómo se sostiene una copa de vino correctamente?
Sostener una copa no tiene mucha ciencia, pero existe una forma correcta e incorrecta de hacerlo, por ejemplo: la copa debe sostenerse por el tallo, nunca se debe tomar la copa por el cáliz. Existen ciertas formas de cómo sostener una copa de vino.
Una de las formas es la tradicional, la cual consiste en sostener el tallo entre el dedo pulgar y los dedos índice y medio, colocándolos sobre la mitad inferior del tallo, el dedo medio debe reposar encima del tallo, los dos dedos restantes (anular y meñique) deben reposar sobre la parte superior de la base. Esta es la forma tradicional de sostener una copa de vino
Otra forma es sostener el tallo con el dedo pulgar y el dedo índice, este último debe rodear el tallo y con el dedo pulgar cerrar el agarre, haciendo presión con la yema. Los otros tres dedos se flexionarán, formando un puño cerrado. Estos dedos no deben tocar la base de la copa.
Otra forma es la de palanquear la base de la copa con el dedo pulgar, la cual consiste en apoyar el pulgar encima de la base de la copa, mientras que los demás dedos sirven para brindar apoyo a la copa. Al usar esta técnica ningún dedo debe tocar el tallo de la copa. Esta técnica es la menos estable de todas las formas de sujeción.
Nunca sostengas una copa de vino por el cáliz. Si se sostiene la copa por el cáliz, se corre el riesgo de que el sabor, el aroma y la apariencia del vino pierdan las propiedades propias del vino degustado. Al sostener la copa por el cáliz, la temperatura subirá y afectará el vino.