Estos son los tres vinos más raros del mundo
La innovación y la vanguardia forman parte intrínseca de la producción gastronómica alrededor del mundo. Pero, ¿es el mundo del vino un nicho en el que innovar sin límites? En Tamaral recogemos los vinos más raros que existen a lo largo y ancho del planeta. Porque sí, el sector vinícola también cuenta con sus ejemplos singulares para aquellos a los que les guste degustar opciones que se salen del lado más tradicional del vino.
Vino tinto de chocolate
El chocolate y el vino tinto son un maridaje natural clásico pero, ¿qué tal unirlos en una misma botella? Chocolate Shop ha llevado este vínculo al siguiente nivel, combinando el delicioso sabor del chocolate con un vino tinto para crear una suntuosa bebida.
Sugerentes aromas de cereza negra y chocolate negro de sabor aterciopelado se entrelazan y continúan en el paladar rodeado de toques de cacao en polvo. Los matices del vino tinto de un color rojo rubí, junto con toque de roble y aromas frutales, persisten en el final dulce y suave.
Su enólogo, Hal Landvoigt, ha viajado por regiones vinícolas de todo el mundo, obteniendo uvas óptimas y cultivando un estilo de vinificación único y sin pretensiones. En sus propias palabras, “el vino debería hacer feliz a la gente” y es por eso que le gusta innovar sin límites. Esto ha conseguido que el vino de chocolate se haya convertido en el más vendido en los Estados Unidos.
Vino envejecido con meteorito
El Observatorio de Tagua Tagua en San Vicente (Chile) tiene entre sus productos y servicios un vino único en el mundo. IIan Hutcheon, un enólogo británico y director del observatorio, es el creador de este extraño caldo que, tras probar diversas opciones y variedades, encontró una que casaba a la perfección con el vino: un meteorito de 4.500 millones de años del cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter.
Para él, el Cabernet Sauvignon era suficientemente robusto para que los sabores que le aportaba el meteorito fueran manejables. Una vez que el Cabernet ha sido fermentado y colocado en barriles, baja un trozo del meteorito -que se estrelló en el desierto de Atacama hace miles de años- del tamaño de una pelota de golf en el interior, donde permanece a medida que el vino envejece.
Actualmente, Meteorito solo se vende en el Centro Astronómico, aunque la idea es exportarlo en el futuro a otros países. Se han elaborado alrededor de 10.000 litros del vino envejecido por piezas de meteorito. Las uvas fueron recolectadas del viñedo que tiene Hutcheon desde 2009.
El vino húngaro Tokaji
Este vino, de la región vinícola histórica al nordeste de Hungría Tokaj-Hegyalja, ostenta el título de vino más antiguo del mundo. La zona cuenta con un área de producción vinícola que, teniendo en cuenta sus características singulares y su importancia, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2002. De hecho, cuenta con una combinación única de condiciones topográficas, ambientales y climáticas, unido a sus laderas volcánicas y sus humedales. Toda esta unión crea un microclima especial.
La variedad de uva Furmint, que ocupa el 70% del área cultivada es, de lejos, la más importante de la producción de los llamados vinos aszú, que han dado fama a la región. Incluso esta variedad es citada en el himno nacional húngaro. Aún así, cuentan con vides muy dispares que dan lugar a vinos que van desde secos hasta dulces, sobre todo de elaborados a partir de uvas blancas. Entre los nombres destacan Szamorodni, Eszencia y Forditás.
Estos vinos se elaboran a partir de uvas Furmint que han sido afectadas por podredumbre noble, una infección benévola de un hongo gris que puede afectar a veces a las uvas de vinificación. Esta afección aumenta la cantidad de azúcar del grano al haber perdido su contenido en agua. La uva cuenta con altos niveles de acidez pero también con una potencia en los aromas, lo que la convierte en una variedad perfecta para elaborar vinos dulces con un color dorado, tirando a ámbar, muy característico.